sábado, 20 de octubre de 2007

Me parece que esta playa ya la conoceis. Es la playa de Torimbia.

Enga, que no me quiero marchar sin dejaros con una sonrisa. Os transcribo algunas frases sueltas, reales, incluídas en los partes de accidentes que se envían a las aseguradoras. Supongo que se trata de frases de ánimo exculpatorio. Que las disfruteis y hasta pronto.
  • Saqué el coche del arcén, miré a mi suegra y me fui de cabeza por el terraplén.
  • Cuando llegué al cruce apareció de pronto una señal, donde nunca había habido una señal de stop antes y no pude parar a tiempo de evitar el accidente.
  • Había estado todo el día comprando plantas y al volver a casa, cuando llegué al cruce un arbusto surgió de repente, oscureciendo mi visión y no pude ver el coche que venía.
  • Cuando el coche abandonó la calzada, salí despedido, más tarde me encontraron en un hoyo unas vacas sueltas.
  • El otro coche chocó con el mío sin previo aviso de sus intenciones.
  • Un camión retrocedió a través de mi parabrisas y le dió a mi mujer en la cara.
  • Mi coche estaba correctamente aparcado cuando retrocediendo le dió al otro coche.
  • El peatón no sabía en qué dirección correr: así que le pasé por encima.
  • Le dije al policía que no estaba herido; pero cuando me quité el sombrero descubrí que tenía fractura de cráneo.
  • La causa indirecta del accidente fué un tipo bajito en un coche pequeño con una boca muy grande.
  • Estaba convencido de que el vejete no llegaría nunca al otro lado de la calzada cuando le atropellé.

Hasta pronto

Esta es la playa de Portiello. También es muy bonita. Y con esta imagen aprovecho para deciros hasta pronto. No se cuando podré trasladar el ordenata a casa, así que, de momento, hago una pausa para tomarme el bocata y dejo mi blog mudo. Espero volver pronto. Adiosessssssss.

viernes, 19 de octubre de 2007

Sí, esto también es Llanes. Concretamente son los castros de Poo

Hoy estoy muy contento. Ha amanecido un día precioso de sol, sin una sola nube. Por si fuera poco, nada más levantarme me he encontrado un mail que me ha emocionado por lo bonito. Asi que me he duchado y me he ido a la calle. Esta vez he elegido el puerto y los cubos de la memoria de Agustín Ibarrola. Por un lado me da pena que la mar haya movido algunos bloques y se hallan perdido algunos significados, por otro lado me parece muy interesante que la naturalez convierta una obra en algo dinámico y transmutable. El caso es que después de analizar las tres fases me he sentado frente al mar a mirar, a pensar, a desear, a amar. Que gozada, a lo lejos una merlucera se iba acercando a toda máquina y las gaviotas salían a su encuentro a ver si pillaban algo. Luego he bajado al muelle a ver lo que traían: merluza, salmonetes y cabrachos... que delicia. No podía resistirme y a mediodía me he sentado a comer un arroz con bogavante (llubicante, bugre, misera, llubrigante, etc), me he puesto las botas. Por la tarde ha venido mi hijo y ha sido otra alegría pues hacía dos meses que no le veía. Traía su recién regalada guitarra a la que me he aferrado con auténtico deseo. Mire usted por donde que al fin he conseguido sacar el tema "algo contigo"... qué bien suena... se me resistía el joío. Ahora voy a hacer una llamada. Hasta la vista.

Cuando la mar trabaja...

Cuando la mar trabaja y me socava en lo íntimo,
en lo más hondo que uno teme desnudar,
como deshojando margaritas interminables
-pétalos de terciopelo que se extinguen-
gotas de rocío que no quieren evaporarse.
Entonces entra su fuerza a la fuerza,
se asoma a tu alma y te susurra,
te espabila de golpe y lo ves claro.
Así tus olas me invaden amistosas,
tu salitre se me cuela por debajo de las puertas,
tu aliento pulverizado se desliza por mi entraña,
tu arcaíca humedad me cubre
y yo me dejo llevar por tu vaivén gozoso,
me vuelvo sereno y amo.

jueves, 18 de octubre de 2007

Después la saqué a bailar

"Te conocí, me enamoré y aquella noche bailamos hasta el amanecer" No recuerdo quien cantaba esta canción.

Yo cantaba a Yolanda pues todavía no recordaba bien su nombre. Cuando me la presentaron apenas me fijé en ella, estaba embebido por la música en directo.
_ No soy antipático - le dije- lo que pasa es que me gusta mucho estar aquí escuchando.
De pronto, entre canción y canción, volví la cabeza hacia ella y me encontré con sus ojos. Así estuve unos segundos hasta que completamente "alurdido" balbuceé alguna chorrada. Ella me sonrió con bastante benevolencia. Y no se qué diantres pasó. Empecé a notar un calor que me subía por la espalda, al tiempo que percibía que mi rostro esbozaba una especie de mueca estúpida, de sonrisa babeante, de lerditud plena.
_ Tu cara me resulta conocida - dije con pleno convencimiento mientras caía en la cuenta de lo horrorosamente ridícula que resultaba la frase en esos momentos.
Ella rió y con bastante guasa me dijo aquello de "eso se lo dirás a todas". Que horror, pensé, y qué le digo yo ahora. Sonreí ruborizado, como queriendo explicarle que en efecto su cara me resultaba conocida y deseando pulsar stop-rew-delete. Después me levanté al cuarto de baño y, mirándome al espejo me abofeteé 16 veces (las mismas que me llamé "gilipollos").
Cuando volví a sentarme, vi con alegría que ella seguía allí, que me sonreía y me miraba a los ojos. Ignoro por completo si Javi seguía cantando.

Llanes (II)

El amanecer no es paulatino, es un desbordamiento de golpe.
Mientras los borrachos vuelven a sus casas pisando las primeras buganvillas caídas, las gaviotas aprovechan para volver de sus refugios nocturnos, un poco más al este, en los castros de Poo.
Las gaviotas y chimborros son curiosos, aparte de enormes y poco amistosos. Se van a la "cama" en pequeños grupos e incluso de un modo discolamente individual. Cada individuo o grupo lo hace a la hora que más le apetece. He visto gaviotas trasnochadoras recogerse a la una o dos de la mañana. En cambio, vuelven a Llanes todas juntas y a la misma hora, chillándose todas a la vez como violines disonantes. No se lo que se dirán, pero es espectacular verlas revoletear sobre Llanes en círculos cada vez más pequeños, hasta diseminarse en el puerto y sus aledaños (y ponerlo todo echo una mierda, claro). Es ese estallido musical lo primero que se oye.
Pero sin duda, el sonido que más me gusta es el batir nocturno de huevos para tortilla. (¿que chorrada no?... Pues no). Os pongo en la situación más favorable: martes, cualquier día de noviembre, diez de la noche, no hay luna, no llueve pero casi, hace fresquito, calle Mayor (esa, la estrechina y larga que espero recorramos juntos), la oscuridad es más que patente pues sólo se ven algunas tenues y mortecinas luces de unas pocas ventanas, no hay nadie por la calle y el silencio es absoluto, sólo se oyen mis pasos. Casi al fondo, junto al Palacio de Gastañaga, hay una cocina encendida, la ventana abierta, la luz amarilla y ... clack, clack, clack... debe ser un plato de loza blanco, dos huevos muy muy amarillos se entremezclan entre si... chof, chof, chof... splung, splung...clack, clack, clack (los tres sonidos van juntos, en perfecta armonía).
Sonrío, me subo el cuello de mi comosellame, hundo las manos en los bolsillo, me encojo y aprieto el culo y el paso. Llego a casa, enciendo la luz amarilla de mi cocina, abro la ventana, cojo un plato de loza, un tenedor, casco dos huevos sobre el plato, miro por la ventana, y... clack,clack,clack.

miércoles, 17 de octubre de 2007

LLanes (I)
Hoy Llanes está deliciosamente callado. Con ese mágico silencio que suele producirse antes de nevar (no es el caso).
Y es que Llanes es como una sinfonía de sonidos en la que siempre a alguna nota sucede algún silencio.
La gente suele definir Llanes por sus imágenes nunca estáticas, sus gentes llenas de retranca y afecto, por sus olores de salitre y sidra, por su tacto a musgo, arena y agua e incluso, por las experiencias de infancia sentidas. A mi me gusta más definirlo por sus sonidos. ¿A que sí Manolito?
Cuando sopla el suroeste y paseas por las "mañangas" de Santa Marina (especie de contrafuertes naturales que sustentan la sierra del Cuera), es normal escuchar las esquilas de las vacas mientras pacen pacientes en melancólica espera. Y básicamente oyes eso. En primavera ese sonido suele estar acompañado por el arpa de algún regato del río carrocedo ("Llagrimina de Dios... rapaz parlleru... gotera de un llagar del infinitu"). Es allí donde los helechos se despliegan en el mes de julio, alcanzando alturas apabullantes.
Qué decir de la mar... Ya os hablé de los temibles bagazos que retumban en la barra del puerto. Hondo sonido ondo. por las noches, cuando hay mar de fondo y se arremolinan las mareas en torno a la punta del "guruñu" todo se calla, las estrellas dejan de titilar y hasta los infiernos más profundos apagan sus odiosas hogueras y tiemblan.
Pero, por supuesto, la mar también cobra protagonismo sonoro con su andante piano. A bajamar, y justo cuando la marea trueca su nombre y los pozos - entre rocosos, musgosos y arenosos - vuelven a rebosarse de encajes marinos liberando quisquillas y bayones, se inicia el decidido y amable agudo que teje el salitre con la arena. Es entonces cuando uno presiente que la felicidad está ahí esperando que la cojas y la sueltes un instante, justo el tiempo necesario para respirar.
Otro día os hablaré de las gaviotas, la calle Mayor (estrechina y larga) y el batir de huevos.
No me apetece dormir aún. Madrugando el 17-10-07 (dos patitos cumple mi hijo). Cuelgas el teléfono y parece que abres un hueco de 300 kilómetros y 6 días. Luego repasas mentalmente cada expresión, cada sonrisa que supones, cada humedad involuntaria, cada ausencia que te apetece fusilar con flores y las cosas vuelven a su cauce, a la mesilla de noche donde se guardan dobladas tantas palabras de amor. No tengo pudor si digo que me pasan cosas extrañas: ella conduce y además duerme en el lado derecho de la cama. He aquí un ying y un yang. Me encanta que conduzca. Respecto al lado de la cama, diré que me importa un pimiento si puedo rozarle un brazo en sueños. ¿Y quedarme con su primera sonrisa en nuestro primer amanecer?... Me apuesto una estrella a que no hay al menos 864 cosas mejores - al menos con ella. (Nota al margen: no usar el espaciado detrás de un punto y aparte, es un cognazo). Pues no, aún no me apetece dormir. Yo pensabe acostarme con José Ramón de la Morena hablando de Fernando Alonso, pero en realidad me importan ambos un rábano (nota al margen: que ricos son los rabanitos. Mañana compraré un paquete). ¿Sabes lo que me pasa querido Bloggy? pos na, que estoy muy agustito escribiéndole/escribiéndome. Es incluso algo mejor que prolongar una llamada telefónica, porque aquí no sientes el tremendo desamparo de los silencios. Aquí disfrutas de ellos como un crío que mordisquea un melocotón chorreante. Ahora me callo y pienso en ella.................... Ahora le digo que le quiero, que me gusta, que le añoro, que me enorgullece pasear de su brazo, que admiro muchas cosas de ella, que canta bien, que hace un pollo delicioso (supongo). Ahora me callo otra vez para reencontrarme con su cuerpo, con sus ojos de nacar oscuro, con su nariz sensata y decidida, con su boca más que boca............(silencio, caladita al cigarrillo y sigo)................................ Pues no sigo. Es hora de silencio. La mar debe estar bella, pues no la oigo bramar con esos bagazos que parecen querer sacudirnos de la pereza. Voy a prolongar el silencio hasta mañana. Voy a pensar en ella mientras se me cierran los ojos. Luego soñaré con ella de una manera serena, como el caer las hojas en otoño. Por cierto, ¿en otoño las hojas desnudan árboles ó visten las aceras?

martes, 16 de octubre de 2007

Oviedo dulce, Mr. Allen y un Juez de guardia por 5 segundos. 16-10-07 Siempre he sido una persona escrupulosamente puntual. Una vez perdí un vuelo y otra un tren, pero ese culín de sidra nos lo beberemos otro día. El caso es que pese a esa virtud (creo sin pudor que la puntualidad es una virtud e incluso una manía) siempre he tenido la sensación de llegar pelín tarde a las cosas. Por eso estoy convencido de que algún día el dulce será sano y se incluirá en la tan traída dieta mediterranea. Pero yo no estaré de humor para comerme un merengue, ni siquiera una chupadita. Jo. Oviedo tiene merecida fama de ser una gran ciudad repostera ( ojo: buen repostero, mal cocinero). Hoy he babeado frente a los bombones de Peñalba, he suspirado melancólico ante los carbayones de Camilo de Blas, he creído morirme repasando mentalmente los rebordes de los tocinillos de cielo de Ovetus... En fín. Una pasada. Oviedo también se está ganando a pulso la fama de tener más esculturas por habitante que nadie. En mi opinión se pasan. estoy seguro de que si alguien pone su propia autoescultura en algún rincón olvidado - preferentemente humedo y sombrío - nadie se va a atrever a quitarla. Hoy sólo he visto unas pocas: "La regenta" de Clarín frente a la catedral (como apresurada por esas confesiones inconfesables); "La Esperanza Caminando" a las puertas del Campoamor; el fornido culo/falo de Úrculo, tan negro y pulido que diríase de ébano; Y el señor Allen con cara despistada y andares hipocondríacos. Por cierto, sin gafas. Y es que el coleccionismo estúpido de mobiliario urbano ha conseguido que no le vuelvan a reponer las gafas al bueno de Wody. Por último he ido al cine: al laberíntico e incómodo Centro Comercial llamado Parque Principado. He visto "El orfanato". Me reservo la crítica hasta que la veais. Sólo diré que hago un cameo como Juez de Guardia en un levantamiento de restos mortales. Pensé que al verme me iba a chocar e incluso iba a sonreir casi como cuando hablo con michicamaravillosa. Pero no, me ha dado igual. Han sido apenas cinco segundos de un plano lejano. Pero "me se ve", leshes, "me se ve". Eso alimenta un poquitín el Ego. Y que le vamos a hacer, somos mortales. Aunque no seamos ovetenses, ni dulces, ni actores. Al menos cuando nos quitan las gafas nos compramos otras.

lunes, 15 de octubre de 2007

Esta vez espero ser menos parco. 15 de octubre de 2007 Heme aquí desnudo como una Verdad. Heme aquí absolutamente alurdido (sí, con "l"). Y yo que había cerrado los balcones para no oir el estruendo de la primavera... Que había sellado las puertas para no percibir ninguna brisa... Sin duda por alguna bendita rendija se me han colado sonrisas hasta acumularse en mi boca. Ahora parezco el gato de Chesire mirando desde su rama al sombrerero loco llegar siempre tarde y a la liebre de marzo, siempre tan juiciosa como anarkista. Sin querer me senté en un muro con un librero tenor, una colega cognitiva, un trompista paisano, una enfermera de cerca de arrieta y por último con unamujerdecididamenteexcepcionalyamable a la que amo sin pedir nada ó casi nada que no es lo mismo pero es igual (que dijo Silvio)... vaya troupe... Y ya he empezado a destrozar contraventanas y cortinas, a descorrer fallebas y a cumplir con la sentencia de aquella llave sensata y amiga: "más quiero abrir que cerrar". Mi querido bloggy, presiento una complicidad eterna.
Lunes, 15 de octubre de 2007 Empezaré de una forma original... Adios.