lunes, 31 de marzo de 2008

FUTESAS

Te levantas cuando estás harto de escuchar los mamporrazos de un albañil cabreado. O por el contrario, un albañil eficiente. Eso nunca lo sabremos. Lo sabrán sus compañeros y su capataz.
Te afeitas y te duchas (siempre por este mismo orden para no cortarte, pues el vaho de la ducha te impediría ver con la precisión necesaria).
No desayunas porque en realidad no tienes hambre. Ni hambre ni ganas de comer. Ni ganas de comer ni apetencia por lo que puebla tu frigorífico y tu alacena.
Sales a la calle y piensas: ¿a ver que pasa hoy? No es que todos los días te pase algo digno de reseñar, pero sabes que algunos días sí que te pasa algo. Y no sabes si volverte a casa o esperar a que pase. ¿Y si ese día pasa algo?¿y si no pasa nada?
Te sientas en una terraza porque hace buen día. Si hiciera mal día no lo harías porque sería incómodo y resultaría chocante. ¡Qué tontería acabo de pensar! -piensas. Y sigues rumiando cosas.
Esto hacen las vacas todos los días.

miércoles, 26 de marzo de 2008

LA PRIMAVERA

La primavera ha venido y no sé cómo ha sido. Y en efecto, no sé cómo ha sido, porque se ha presentado de incógnito, disfrazada de viento, lluvia y frío. Los árboles que ya tendrían flores, sólo tienen las yemas carnosas a punto de reventar. Así es la naturaleza, sabia pero impredecible; tenaz pero abyecta; justiciera pero alocada; frágil pero recalcitrante. "Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera" (Neruda).

Tarde o temprano se quitará la careta de invierno y estallará silenciosa y resplandeciente. Entonces contaremos las peras en el diminuto y fugaz peral; contaremos guindas y cerezas; sentiremos el aroma húmedo de las hortensias azules; nos refugiaremos del sol bajo la anciana higuera y oleremos sus hojas verdes, con ese olor seco como un frenazo.

Y ya en su declive, cuando el verano nos permite gozar de la primavera tardía, nos sentaremos en alguna piedra a echar de menos su musgo; a impregnarnos de la hierba recién cortada; a deslizar savia de moras por nuestras bocas; a recoger el salitre caliente y boquear un sur que nos llega del Cuera.

Después no habrá tiempo para nada. Volverá el viento a desnudar árboles agostados y vestir aceras que crujirán nuestros pasos.

"Se va la primavera: quejas de pájaros; lágrimas en los ojos de los peces" (Matsuo Basho).

lunes, 24 de marzo de 2008

ES CAPRICHOSO EL AZAR

Fue sin querer... Es caprichoso el azar. No te busqué ni me viniste a buscar. Tú estabas donde no tenías que estar; y yo pasé, pasé sin querer pasar. Y me viste y te ví entre la gente que iba y venía con prisa en la tarde que anunciaba chaparrón. Tanto tiempo esperándote... Fue sin querer... Es caprichoso el azar. No te busqué ni me viniste a buscar. Yo estaba donde no tenía que estar y pasaste tú, como sin querer pasar. Pero prendió el azar semáforos carmín, detuvo el autobús y el aguacero hasta que me miraste tú. Tanto tiempo esperándote... Fue sin querer... Es caprichoso el azar. No te busqué ni me viniste a buscar.
Joan Manuel Serrat.

martes, 18 de marzo de 2008

"VOY PA LLANES, VOY PA LLANES"

Pues eso, que mañana nos vamos a Llanes a pasar 6 días 6. A pesar del mal tiempo que se anuncia, supongo que Llanes estará abarrotado de gente. Trataremos de escapar del bullicio excesivo y buscar huecos para ver si los nísperos se han adelantado, plantar perejil o bajar a "antilles". También habrá un hueco para los amigos y un hueco para el descanso. ¡Ay señor! estos achaques... Enfín. Hasta la vuelta.

sábado, 15 de marzo de 2008

FELICIDAD

Míren este gato. Últimamente vengo observando que, con bastante frecuencia, se me pone la misma cara. Tendré que consultar a mi veterinario.
No creo que la felicidad se deba conjugar con el verbo SER. Más bien creo que su conjugación idónea es con el verbo ESTAR.
También es cierto que se pueden admitir conjugaciones poéticas con los verbos SENTIR, REBOSAR, IRRADIAR...
Pero nunca debemos sucumbir a la cursilada de conjugarlo con verbos de la calaña de BUSCAR, ENCONTRAR, PERDER, CONSTRUIR, DESTROZAR, etc.
Ayer estuve feliz cuando, después de cumplir mis obligaciones laborales, me senté con unos amigos de Bilbao a comer bígaros (ellos los llaman caracolillos, en donosti karrakelas). No sé, era una especie de medalla al sufrimiento laboral. Un reconocimiento póstumo a la semana agotada.
Es inadmisible pensar en la felicidad construída voluntariamente, como si uno eligiera el menú.
Sólo entraré de pasada en el tópico aquel de: "el dinero no hace la felicidad, pero ayuda mucho". Me imagino la felicidad de un reo de muerte cuando le comunican, segundos antes de la inyección letal, que le ha tocado la Bono-Loto. Vamos, pa partirse el culo de risa. La excepción jamás debiera confirmar la regla. De lo contrario me pasaría el día ideando reglas.
Es también lamentable y, por supuesto revisable, la definición que hace la RAE sobre la felicidad (hale moninos, buscarla, que no os lo voy a dar todo hecho). Me parece demasiado materialista hablar de "obtener bienes" y desde luego nada poética.
Es cierto que la felicidad es un estado de "vaivén", una sensación de plenitud al alcance de cualquiera. De cualquiera que sepa que existe, claro.
Ahora, por ejemplo, me voy a echar una siesta con pijama y transistor. Pues queridos amigos, sólo de pensarlo me siento feliz.
Como el gato de la foto, o el gato de Cheshire, que sonreía y estaba loco, pero nunca idiota.
Estad felices.

lunes, 10 de marzo de 2008

Es curioso...

La otra tarde estuve con Manolo y Mario tomando algo en el "siete". Nos sentamos en una mesa del rincón y al camarero que vino a atendernos le pedimos tres cervezas de importación. Después de hablar largo y tendido de nuestras cosas (futbol y mujeres) pedimos al camarero la cuenta: "son tres cervezas de importación, a cinco euros cada una, total: 15 euros". Los tres nos miramos con gesto de asombro y aportamos cada uno los 5 euros de rigor, no sin antes hacerle notar que nos parecía muy caro. "Ya se lo voy a decir al jefe" -nos dijo no muy convencido. Mientras Mario y Manolo comentaban lo excesivo del precio, disimuladamente seguí con la vista al camarero: Se acercó al mostrador y se puso a hablar con su jefe. Por la mirada que nos dirigió éste, supe que le estaba exponiendo nuestra queja. Les ví dialogar y ví claramente que el jefe le devolvía al camarero un billete de 5 euros. Deduje que, por tanto, el jefe nos iba a hacer alguna rebaja en el precio. Además éramos clientes conocidos y era un buen detalle por su parte. Ví que el camarero volvía la vista hacia nosotros, por lo que giré mi mirada hacia otro lado, casualmente hacia un espejo de la pared, a través del cual pude ver a la perfección que el camarero cambiaba en la caja el billete por 5 monedas de 1 euro. A continuación se guardó discretamente 2 euros en el bolsillo y se acercó a nuestra mesa. "El jefe me ha dicho que les descuente un euro a cada uno. Aquí los tienen". Y, en efecto, depositó sobre la mesa 3 monedas de 1 euro. Cuando se alejó, noté que aferraba en su bolsillo los dos euros que nos había "birlado" en un supuesto concepto de propina y gestión. No le dí más importancia puesto que nos había cobrado las cervezas a 4 euros en lugar de a 5. Sin embargo, más tarde pensé:
  1. En principio pagamos 15 euros ( 5 euros cada uno).
  2. Es un hecho que nos han devuelto 1 euro a cada uno.
  3. Por tanto, cada uno hemos pagado 4 euros.
  4. Y por consiguiente, en total hemos pagado 12 euros.
  5. Dado que ví, sin error posible, que el camarero se guardaba para sí 2, y sólo 2 euros. 12+2=14 ¿Dónde está el euro que falta?

domingo, 9 de marzo de 2008

Hoy va el tema de costumbrismo.

Acabo de poner un pollo a asar: un pollo de kilo trescientos+ media cebollina azotada y diseminada en juliana+ un starlux por el culete+ media manzana peladina y troceada metida por el mismo sitio+ otra media manzana puesta al azar alrededor del sujeto+un chorrín de aceite de oliva virgen+ un chorretón de brandy semibueno+80 minutinos de horno a 195 grados.
Ya sé que no son horas. Ya sé que probablemente se quede seco. Pero prefiero que se seque el pollo a que se sequen mis experiencias de hoy noche.
Hoy he salido a cenar y tomar un par de copinas con una persona excepcional.
Cuando la ví llegar casi me caigo de culo. Estaba preciosa: irradiando, andando con la seguridad de las mareas, prestando vistas, regalando miradas entornadas a mis ojos, soltando aluviones de sonrisas que te dejan sin saber qué hacer (¿me la como aquí mismo?¿le pido matrimonio YA?).
El arroz que cenamos estaba correcto al entender de mi gusto. El blanco amoscatelado que libamos (qué cursilada) dejaba un retrogusto (qué pedantería) algo ácido, pero la botella cayó boca arriba en la cubitera.
Luego fuímos a un pub y luego a otro. Se notó que durante la cena, frente por frente, estábamos demasiado alejados en el espacio. Escuchamos alguna música descacarillada. Bailamos sin desplazarnos en una semi- coreografía no estudiada y llena de teatralidad y risas.
Risas. Nos reímos mucho. Es importante mantener una complicidad y un mismo contexto en el humor.
Hicimos pequeños huecos al pasado, al presente y al futuro.
Pero sobre todo nos miramos mucho a los ojos y las bocas.
El tiempo pasó muy deprisa. Nunca he sabido si es mejor ó peor que el tiempo vuele entre ambos. El caso es que a mí me molestó enormemente que se hiciera tan tarde tan pronto.
Ya empieza a desparramarse el olor del pollo por toda la casa. Trato de imaginar el olor del mamut tostándose en la hoguera de una caverna (mientras los niños, en su cavidad, no dejan de ensuciar las paredes con dibujos infantiles de animales).
Me importa tres que el pollo se quede seco. Estoy aquí muy agustito recordando.
Hicimos planes, hicimos manitas. Invadimos nuestros "espacios yoicos" con una reciprocidad no consensuada. Supimos, sin querer, mantener el tipo.
No sé cuántas veces le dije "te quiero". Sin duda muchas menos de las que hubiera querido. Pero hubiera sido un peñazo muy repetitivo. En mis ojos lo ha podido leer a su antojo y capricho.
Capricho. No es un capricho. Es todo. Estar enamorado es acojonante. El que nunca lo ha estado que lo pruebe. El que lo ha estado pero se ha dormido, que despierte de inmediato y lo recupere. Merece la pena.
Luego vino el dichoso "señores-disculpen-pero-tenemos-que-cerrar". Todavía no vivo con ella.
Taxi. Te llevo a tí primero.
En el coche apenas puedo expresar ojos/miradas; boca/besos/palabras; cuerpo/caricias.
Hasta mañana mi vida.
Comeré un pollo seco, pero me he hartado de decirte en cada teclear de letras, comas y puntos que te quiero.
¿Y qué hago yo ahora, que le queda aún al pollo treinta minutos?
Pensaré en tí y haré una entrada en el blog que se titule, por ejemplo: "Hoy va el tema de costumbrismo".

jueves, 6 de marzo de 2008

"ODA A LA PACIFICACIÓN"

No sé hasta dónde irán los pacificadores con su ruido metálico
de paz
pero hay ciertos corredores de seguros que ya colocan pólizas
contra la pacificación
y hay quienes reclaman la pena del garrote para los que no
quieren ser pacificados
cuando los pacificadores apuntan por supuesto tiran a pacificar
y a veces hasta pacifican dos pájaros de un tiro
es claro que siempre hay un necio que se niega a ser
pacificado por la espalda
o algún estúpido que resiste la pacificación a fuego lento
en realidad somos un país tan peculiar
que quien pacifica a los pacificadores un buen pacificador será.
Mario Benedetti.

lunes, 3 de marzo de 2008

EL APRETÓN

¡Ay señor!, qué malísimo se pasa
cuando en plena calle te da un apretón.
Llega sin avisar, sin invitación
y encima te pilla lejos de casa.
Qué absurda resulta esta situación:
uno no sabe si pararse o correr,
mides lo que te cuesta a casa volver,
buscas bares donde calmar tu aflicción.
Si te pones tenso puede suceder
la catástrofe que casi presientes.
Más, relajado, verán los presentes
sin duda, lo que tú quieres esconder.
Aprietas culo, aprietas paso y dientes
pensando que como en casa no hay nada
y vuelas de forma desesperada
hasta la casa de unos parientes.
Más, ¡ay la dicha desafortunada!
¡Ay la dichosa y torpe parentela!
Mira que haber salido hoy la abuela
a merendar con su querida ahijada.
Ya no puedes por más tiempo aguantarte.
Ya está saliéndote la berenjena.
Tienes los ojitos como un chino.
Y en estas que vienen a saludarte,
y tú, con un aspecto que das pena,
le saludas: "buenas tardes, vecino".

"ELEGIDO POR ACLAMACIÓN"

Sí, fue un malentendido.
Gritaron:¡A las urnas!
y él entendió: ¡A las armas!
-dijo luego.
Era pundonorosao y mató mucho.
Con pistolas, con rifles, con decretos.
Cuando envainó la espada dijo, dice:
La democracia es lo perfecto.
El público aplaudió.
Sólo callaron, impasibles, los muertos.
El deseo popular será cumplido. A partir de esta hora soy
-silencio-
el Jefe, si quereis.
Los disconformes que levanten el dedo.
Inmóvil mayoría de cadáveres
le dió el mando total
del cementerio.
Ángel González.

sábado, 1 de marzo de 2008

HE DEJADO LA HUELGA A LA JAPONESA (II)

Ahora mismo debiera estar durmiendo, pero no puedo-quiero. ¡Tengo tantísimas cosas por decir! Parece como si el alma me pidiera las urgencias que nunca he atendido debidamente. Necesito expresar de tal manera, que no creo en los relojes de arena ni en los lienzos borrosos. Pero estoy contento porque al fin y a la postre nunca me he comunicado en exceso. ¡Qué pereza daba! ¡Qué timideces justificativas nos hemos inventado o no! Ahora estoy escuchando "la madrugá" del maestro (y comandante) Abel Moreno. Es una marcha fúnebre compuesta para la procesión de la "madrugá" de la semana santa sevillana. Es una obra muy ad hoc y realmente triunfal en sus crescendo. Hay melodías que avivan el espíritu como los espléndidos amaneceres de la sierra del Cuera o los "saltaparapetos" que bebía mi padre durante la guerra. Son las cuatro de la tarde, pero no me apetece parar aún. Todavía no me he referido a lo que ocupa la mejor parte de mi vida: la plenitud. ¡Qué ajenos, de niños, jugando a indios y vaqueros ! (yo siempre fuí vaquero o del séptimo de caballería. A ser posible el general George Armstrong Custer). ¿Sabíamos lo que era la plenitud? ¿Realmente éramos felices? No lo sé y nunca lo sabré. Realmente no me importa mucho. Yo ahora lo soy. Y , como decía Silvio Rodriguez: "que me perdonen los muertos de mi felicidad". Porque "amo a una mujer clara, que amo y me ama sin pedir nada. O casi nada, que no es lo mismo, pero es igual". Y para terminar e irme a la cama de-una-puñetera-vez, haré un pequeño strip tease: Mi autoestima me la he tallado a golpes de zarza y pétalo. Creo que nunca me he caído del todo bien ... (es lo que tiene el desnudo).

HE DEJADO LA HUELGA A LA JAPONESA.

Hola Nacho, hola jefe. ¿Cómo estás? ¿Cómo estoy?
Es una pasada, corazón del corazón de la razón.
Esto ya es una entrada de blog muy íntima.
Recordad que he cambiado mi perspectiva de los blog (ver anterior entrada)
¡Mira que he estado mal!
Si hubiera permitido crecer cinco minutos más cada crisis de esas ideas que llaman autolíticas,
ahora estaría incinerado, y mis cenizas abrazando al ataud podrido de mi querido padre en "Camplengo".
¡Vaya cagada que fue mi último año en Llanes!
Qué agobio, qué desesperanza, qué huída hacia delante/hacia atrás/hacia ninguna parte.
Qué fraude me sobrevino. Qué puñado de traiciones/perplejidades me cayeron encima con el estrépito de un folio que se rompe. O incluso mil folios que se rompen.
¿A qué cúmulo de lágrimas me llevó "elputocancerdeloscojones"?
Ya me da igual. Aprendí a enfrentar la muerte. Antes me jodía en lo más hondo. Ahora solo me cabrearía sumamente. Es imposible sufrir un dolor cuando se conoce a Lurdes.
He encontrado a la mujer de mi vida. Ninguno de los dos nos buscábamos y sin embargo, ámbos teníamos una deuda pendiente con el pasado y el destino.
No compartimos todas las cosas y no obstante sabemos como administrar las ausencias, las noches de luna, los infiernos, los ramos de flores que nos hablan calladitos. Y hasta las palabras susurrantes que se dicen en los abrazos. Ahora soy feliz ( que ya era hora). Siempre fuí feliz a mi lado. Siempre optimista y crédulo de la vida. Crédulo siempre de la bondad que supongo a todo el mundo que mea a mi lado. Nunca he recibido tortas insospechadas hasta hace poco. Los demás recibieron el trato de una ortiga al descubierto.
Y he estado muy jodido. Soy sensible a los tremendos palos de la vida. A las tremendas tormentas rayos-truenos inesperadas y secas.
Pero he conocido a la mujer que siempre había conocido. A la persona que quise desde siempre.
A ese conjunto de rasgos que constantemente tuve en mi diario.
Y le quiero con una locura madura. Con una serenidad que da envidia. Con una pasión que a veces no sé si me sobrepasa o le sobreviene. Y es entonces cuando mando a tomar por culo mi cancer.
Ya no hablamos de ello, pero a veces pienso en ello.
No quisiera morirme sin decirle a mi vida lo más bonito que pueda escuchar en su vida.,
en mi vida.
Lurdes: te amo de tal manera que no me importa morirme.

HUELGA A LA JAPONESA (6)

Me he dado cuenta de que el blog no es un punto de encuentro, un foro, un soporte para la comunicación inmediata. Me he dado cuenta, yo sólo, sin anestesia ni nada, de que es tan sólo un teclear/confesión: A veces pregunto, a veces exijo. Quiero tu OK, dáme tu comprensión.

Ya estuvo bien. No quiero (sí quiero) que leais mi blog a partir de ahora. No busqueis entretenimiento. No me busqueis. Dejadme que me desnude. Pero no me mireis. No quiero el menor comentario. Ya no me interesa este medio si no es para una expresión libre.

HUELGA A LA JAPONESA (5)

Fíjate que simple pintarte sobre fondos.

Sobre cualquier fondo no estridente.

Sobre cualquier murmullo de de paisajes inútiles.

Te digo, al fin, que te amo

aunque te cueste un triunfo tragar saliva.

Pero cuando no te veo,

asumo marejadas

y las amanso con toneladas

de tornillos sueltos.

Ahora mismo no estás a mi lado

y me comen moscas las entrañas.

Yo pongo mi esfuerzo

y mi indefectible pálpito

en ver magnolios

que hoy no nos cubrieron.

Un follaje que hoy dejó de taparnos,

unos suspiros que relevan la noche.