jueves, 29 de noviembre de 2007
Playa de Puertochico
Mi puerto chico, rada amable de todas mis caricias.
Vereda confluyente de mis sentimientos.
Refugio de galernas inexplicables.
Manantial de donde rebroto.
Amanecer largo y con sentido.
Hoy vuelvo a tu boca a eliminar todos los "para luego",
a transformar tu voz y hacerla imperceptible a oídos atentos.
Vuelvo, camarada, a tu querer para luchar codo a codo contra lo hueco,
contra la violenta sacudida del discurrir,
contra la monotonía de algunas tardes de lluvia insulsa.
Vuelvo a ti, puerto chico, así, separado, para que lo entiendas tú.
Templa tu arena a mi cuerpo para que tus dedos -pluma de cada fotograma-
me entierren a tu orilla.
Y VAYA ORILLA...¡OIGA!.....
perdón por el final..... es que me lo he puesto a güevo y no me podía resistir... sugiero sustituir estas tres últimas líneas y poner en cambio:
Y en ese sosiego dejarte escrito otro poema.
El tiempo perdido
Playa de Cuevas del mar (Nueva de Llanes)
El tiempo es esa gotera recalcitrante e ineficaz que se cuela entre suspiros y párrafos.
Aquí estoy de nuevo trás un leve lapso de gotera ineficaz.
Vuelvo con la energía supuesta que se nos concede a la juventud, pero con la vacía severidad de pensamiento que nos otorgan a los niños. Eso sí, también retorno con la imprecisa salud de los adultos. Enfín, que vuelvo con ganas y con plenitud de espíritu (qué gozada oche.... eso de la plenitud... nunca lo había experimentado como ahora).
Dadme tiempo y otro día os cuento mis azarosos avatares con los yogures, pizzas y hamburguesas. Besos querida tropa.
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