sábado, 19 de enero de 2008

COSAS COTIDIANAS (1 de 1.000)

Ayer me enfadé mucho con mi ordenador. No lo tiré a la moqueta azul de mi habitación porque no me pareció práctico. Me hizo sentir como una rana absurda que cruza una autopista. Hoy lo he vuelto a encender, receloso, para escribir esta denuncia. Se que es vana y posiblemente no se entienda, pero me sirve para reñirle. De momento está dócil, pero no me fío. Está callado, como rencoroso. Miro la moqueta azul de mi habitación, queriendo avisarle de mi decidido ultimatum. Realmente estoy procurando usar cierto tono amenazante, un semáforo ambar que le haga entrar en razón. Pero en el fondo me tiene ganado (que no lo oiga). Podría pasar sin él y sin embargo me es demasiado útil, tan útil como el agua caliente. No quiero darle más coba, lo dejo aquí. Espero de su profesionalidad que podais leer esto.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Parece que está domado, pero no te fíes que cuando menos lo esperas, salta la liebre. Bonita foto. Como tú, je je.
Lur

Anónimo dijo...

änimo, que el mío suena más que un ferrari en punto muerto...y tampoco le miro y me hago al loco. Manolito