llena de inequívocas vocaciones,
húmeda como la niebla que evoca,
una boca que provoca
luces y tiniebla,
una boca que tiembla,
que revoca apretones ilesos
y se queda queda;
muda para el beso.
Y esa es tu boca
que acude a la cita de mi boca.
Y esas luces son ojos
que se cruzan y se encuentran.
Y esos son nuestros cuerpos
que se difuminan y se enlazan.
Esas luces y sombras nos pertenecen
porque somos ambos,
porque unimos las distancias
y los inexorables tiempos,
porque dibujamos en cada pisada
la selva intrincada
para que se encuentren nuestros besos.
2 comentarios:
Y nuestras bocas se vuelven a encontrar ahora. Un beso.
Preciosa.
Lur
Bésame, bésame muuuuucho,
turuturuturá
como si fuera esta......
Precioso poema
Manolito
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