
Esta última grosería era más de lo que Alicia podía soportar: Se levantó muy disgustada y se alejó de allí. El Lirón cayó dormido en el acto, y ninguno de los otros dió la menor muestra de haber advertido su marcha, aunque Alicia miró una o dos veces hacia atrás, casi esperando que la llamaran. La última vez que los vió estaban intentando meter al Lirón dentro de la tetera.
--¡Por nada del mundo volveré a poner los pies en ese lugar! -se dijo Alicia, mientras se adentraba en el bosque-. ¡Es la merienda más estúpida a la que he asistido en toda mi vida!

3 comentarios:
Alguna reunión de trabajo puede ser algo parecido a lo que hemos visto en esta merienda, puedo dar fe.
Muy curiosas las entregas y preciosos los dibujos.
Lur
Jejé...Ésto me viene de perillas para preparar mi inminente estreno como secretario del "nuevo" comité de la "vieja" empresa.
Te lo has currao con las imágenes; sí señor.
¿Se pueden robar?......
Un saludo. Y gracias por la visita.
Bienvenido, misántropo, a esta loca merienda. ¿Quieres un poco más de té?
Hacefalta.
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