sábado, 19 de abril de 2008

POR NARICES

Junto con el tacto, el olfato es uno de los sentidos menos valorado. La vista y el oido ocuparían los primeros puestos en el ranking de imprescindibilidad. El gusto se hallaría en la zona media, a pesar de que, sin el olfato, perdería prácticamente todo su valor. Sirvan estas líneas como homenaje particular a este sentido.
Si exceptuamos a las flores y los perfumes, así como a los guisos y los frutos, los olores que desde siempre me han cautivado y que ejercen en mi algo así como una atracción casi mágica e involuntaria son:
El salitre, la gasolina, el pan tostado, los polvos de talco, mi padre recién afeitado, la arena, la vaselina, la brea, la cabeza de un bebé, el regaliz, los lápices cuando se les saca punta, las algas, la caja de botones de mi madre, algunas gomas de borrar, las farmacias, el café, las higueras, los limpia cristales, las churrerías, la leña ardiendo, el tabaco de pipa, el chicle, las brasas de una barbacoa, los magnolios, el vino tinto, los libros, las sábanas limpias, las hogueras, el pan recién hecho, el pelo limpio, el marisco vivo, la hierba, el amanecer, algunos muslos, las rocas de la costa, las ferreterías, los bizcochos, los helechos junto al río, el pegamento "Imedio", las muñecas de goma, el alcohol quemado, las imprentas, el jarabe para la tos "Bronquidiacina", la pólvora, los cantos rodados, el incienso, el merengue tostado, la ropa tendida al sol, las buhardillas, el carbón, la tinta china, los croissants, los paises que no conocías, el viento nordeste en Llanes, la madera, los bocadillos de calamares, los pijamas, las pilas bautismales, los álbumes de cromos, la cera, las mantas para ver la tele, las manos, los cementerios, el interior de una guitarra, el alabastro, las redes de pesca y uno mismo.
Se ruegan aportaciones personales.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Mi muñeco Alfredito, mi abuela, mi hija y mi novio; la arena en marea baja cerca del Náutico, mi perfume, los cuadernos de una vecina mía de la infancia, el de las perfumerías, y muchos (casi todos) de los que has mencionado. ¡ Que recuerdos!
Besos,
Lur

Anónimo dijo...

El tomillo y la jara , la tierra mojada tras la tormenta de verano, las moras y las fresas silvestres (Castilla en verano) . Manolito