martes, 17 de junio de 2008

HOY, EN CAMBIO, ME SIENTO MÁS CUÁNTICO.

Mi teléfono móvil me ha enseñado algo de mecánica cuántica. Para algo más tenían que servir. No concebía yo muy bien eso de que todas las posibilidades existieran, estuvieran ahí delante de nosotros con vida propia, tuvieran el valor de una especie de realidad común. Sólo cuando elegimos se transforman en la realidad subjetiva y observable, o medible, o consciente. Hasta entonces, permanecen en un estado de latencia existencial esperando a ser escogidas. Fuí a enviar un SMS y al escribir cada comienzo de palabra se me abría una ventana con varias palabras posibles que encajaran con ese comienzo. Si seleccionabas una de ellas, inmediatamente entraba a formar parte del texto. Esas posibilidades estaban ahí como una realidad objetiva y común. Al seleccionar una de ellas, la transformaba automáticamente en la realidad subjetiva que yo elegía y entraban a formar parte de mi vida, de mi propia experiencia. Por tanto, la realidad de cada uno, es lo que cada uno escoge. Lo que no escogemos y, sin embargo, entra a formar parte de nuestra experiencia (p. ej. que nos atropellen) no es otra cosa que la opción de los demás. ¡Dios mío, no seremos libres jamás! ¡Mecagüenlafísicacuántica!

3 comentarios:

lauritalafantastica dijo...

total, que quien escogió la artrosis en detrimento del menisco fuiste tú mmismo!! en fín...lo que yo me pregunto se si de verdad escogemos algo o solo funciona lo que creemos, lo que creemos de verdad, inconscientes, sin pensar. No creo en el pensamiento positivo tanto, de hecho llevo una temporada convencida de que me va a tocar la lotería, y entonces jugué algo, y nada, chico, no me toca. O sea, no creo que por concentrarme mucho en algo se haga realidad, ni siquiera creo en el control sobre mi propia mente, es mucho más lista que yo!

hacefalta dijo...

Nooooo.... fue el médico.¡ARTRÓSIS!
Creo que estamos todo el día escogiendo. Lo malo es que los demás también se pasan el día haciendo lo mismo, y entonces se producen los conflictos, el relativo determinismo y las desagradables sorpresas.
Por eso no aciertas a la loto. Esas putas bolas numeradas...
Respecto al control sobre la propia mente, es ella la que lo impide (el conformismo, el miedo al cambio, la incredulidad...).
Yo de pequeño no paraba de concentrarme en materializar en mi cuarto aquel biscuter gris de pedales que exibía orgulloso mipuñeterovecino. Y nada, no había manera. Y eso que los curas nos decían que cualquier cosa que pidiéramos a dios nos lo concedería.
Juassss. Creo que ahí nació mi agnosticismo.

Anónimo dijo...

Yo de pequeña, cuando quería volar en sueños, no tenía más que decir una palabra clave: "Alfa", y me pegaba unos viajes que no veas. ¿Es eso tener poder sobre la mente?. ¿Por qué podía hacerlo entonces y ahora no puedo?. Creo que en parte influye lo que dices, condicionantes nuestros que no nos dejan ser tan libres como lo éramos de pequeños. Bueno, en cuanto a la fantasía, porque condicionados también lo estábamos entonces por esa educación tan "abierta" que nos dieron.
En fin, que como dice esa sabia mujer que conocemos: "Ye mucho pa mí".
Besitos, Lur