martes, 16 de octubre de 2007

Oviedo dulce, Mr. Allen y un Juez de guardia por 5 segundos. 16-10-07 Siempre he sido una persona escrupulosamente puntual. Una vez perdí un vuelo y otra un tren, pero ese culín de sidra nos lo beberemos otro día. El caso es que pese a esa virtud (creo sin pudor que la puntualidad es una virtud e incluso una manía) siempre he tenido la sensación de llegar pelín tarde a las cosas. Por eso estoy convencido de que algún día el dulce será sano y se incluirá en la tan traída dieta mediterranea. Pero yo no estaré de humor para comerme un merengue, ni siquiera una chupadita. Jo. Oviedo tiene merecida fama de ser una gran ciudad repostera ( ojo: buen repostero, mal cocinero). Hoy he babeado frente a los bombones de Peñalba, he suspirado melancólico ante los carbayones de Camilo de Blas, he creído morirme repasando mentalmente los rebordes de los tocinillos de cielo de Ovetus... En fín. Una pasada. Oviedo también se está ganando a pulso la fama de tener más esculturas por habitante que nadie. En mi opinión se pasan. estoy seguro de que si alguien pone su propia autoescultura en algún rincón olvidado - preferentemente humedo y sombrío - nadie se va a atrever a quitarla. Hoy sólo he visto unas pocas: "La regenta" de Clarín frente a la catedral (como apresurada por esas confesiones inconfesables); "La Esperanza Caminando" a las puertas del Campoamor; el fornido culo/falo de Úrculo, tan negro y pulido que diríase de ébano; Y el señor Allen con cara despistada y andares hipocondríacos. Por cierto, sin gafas. Y es que el coleccionismo estúpido de mobiliario urbano ha conseguido que no le vuelvan a reponer las gafas al bueno de Wody. Por último he ido al cine: al laberíntico e incómodo Centro Comercial llamado Parque Principado. He visto "El orfanato". Me reservo la crítica hasta que la veais. Sólo diré que hago un cameo como Juez de Guardia en un levantamiento de restos mortales. Pensé que al verme me iba a chocar e incluso iba a sonreir casi como cuando hablo con michicamaravillosa. Pero no, me ha dado igual. Han sido apenas cinco segundos de un plano lejano. Pero "me se ve", leshes, "me se ve". Eso alimenta un poquitín el Ego. Y que le vamos a hacer, somos mortales. Aunque no seamos ovetenses, ni dulces, ni actores. Al menos cuando nos quitan las gafas nos compramos otras.

1 comentario:

suchata dijo...

Lástima que no hayas picado/pecado. No sé si la dieta mediterránea más adelante los incluirá, pero la sabiduría popular es la que manda y un dulce de vez en cuando: ¡que placer!. No puede ser malo.
En cuanto a tu ascenso al estrellato, esperemos que no se te suba el pavo y terminemos pidiendo audiencia, po favó. Ha tenido que ser estupendo verte allí. Cuando aparezca en DVD nos jartaremos de verte, peazo artista.
Orgullosa como la madre de la Pantoja estoy, je je.
Besín.
Lur