domingo, 20 de julio de 2008

EL CAMBIO DE PARADIGMA.

Una importante ejecutiva de una importante empresa multinacional, llegó al aeropuerto para coger su vuelo. Como tenía tiempo de sobra, compró en una tienda unas galletas y un periódico.
Una vez en la sala de embarque, se sentó frente a una mesita y se puso a leer el diario.
Al rato, notó que un caballero entrado en edad se había sentado a su lado.
Cerró el periódico mientras cogía una galleta de la cajita que había dejado encima de la mesa.
Observó, mientras volvía a su lectura, que su vecino de asiento le miraba mientras cogía una de sus galletas. Se quedó sorprendida, pero no le dió mayor importancia dada la avanzada edad del caballero en cuestión.
Un minuto después se repitió la escena. Esta vez se indignó un poco y lanzó a su vecino de asiento una mirada de reproche.
La situación volvió a repetirse varias veces: Cada vez que ella cogía una galleta, el anciano cogía otra.
Su indignación iba en aumento.
Por fin quedó sólo una galleta. La ejecutiva vió con asombro que el caradura del anciano la cogía, la partía por la mitad, se comía una de las partes y le dejaba la otra para ella.
En ese instante llamaron para el embarque y la ejecutiva dió por zanjado el sunto.
Minutos más tarde, cuando ya en el avión se dispuso a ubicar su equipaje de mano, se dió cuenta de que en la bolsa de plástico donde llevaba su periódico, estaba intacta la cajita de galletas que había comprado.

5 comentarios:

lauritalafantastica dijo...

Entonces, fue un error suyo? o fue magia? a veces soy muy simple,lo sé.

hacefalta dijo...

Yo lo veo como un vergonzoso error suyo. No se me había ocurrido lo de la magia, que me parece una idea fascinante. También he pensado que el anciano le coloca un nuevo paquete de galletas por educación.
Puestos a pensar, se me ocurre ahora, que el anciano podía ser un traficante de coca camuflada en galletas. ¡Qué gozada, hay tantas interpretacines de un mismo hecho...!
Esto reafirma la moraleja de la historia y mi absoluta devoción a la individualidad.
Gracias laurita.

lauritalafantastica dijo...

Creo, definitivamente, que era un mago y a la vez un sabio que hizo un truco para enseñarle a ella que sus defectos son el egoismo, la facilidad de juicio sobre losdemás, la impaciencia...Has visto Bab'aziz? Es muy bonita.

Anónimo dijo...

Lo mejor de la historia para mí es que, frente al egoismo y mal juicio de algunos, existe la generosidad y bien pensar de otros. Si no, ésto sería una caca de la vaca.
Besitos.
Lur

hacefalta dijo...

Si, para mi lo único bonito de la historia es cuando el viejecito comparte la última galleta con la "maleducada". ¡Qué lección tan simple y destructiva le da!