miércoles, 18 de febrero de 2009

El arte devorado por el arte

¿Quién agrede a quién?
¿Quién es el dueño del paisaje,
de los colores, de las materias?
¿Quién es el débil?
Chillida esculpía en el aire, en los huecos que forma la materia, en los suspiros del vacío. En este caso, no se sabe si la mar está ocupando un espacio que no le pertenece; no se sabe si lo hace de forma voluntaria e, incluso, si toma conciencia de ello. El hombre y su obra forman parte también de la naturaleza, de los paisajes cotidianos o por cotidianeizar y de la expresión de sí mismo. Así pues, el vacío es de aquel que lo ocupa, del que le da contorno y, por tanto, visado de existencia. La pregunta es si esta okupación es permisible a riesgo de transgredir las propias fronteras del vacío.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

No sé donde está la frontera entre arte e intrusismo. En concreto en Llanes, una vez hecho el mogote de cemento que hicieron, por lo menos los cubos le quitan ese aire carcelario y triste, y parece una ofrenda al mar, que de hecho, se lo va comiendo.
Besitos,
Lur

hacefalta dijo...

Hum... me gusta eso de la ofrenda al mar.

Anónimo dijo...

Más bien diría yo, que la naturaleza se afana con dedicación en destruir las obras del hombre, sean arte o lo que quieras, para ella en general nos son más que algo destruíble, y más cuando se trata de intentar controlar sus idas y venidas, movimientos libres, olas y mareas, en el fondo, solo se libera de nuestros grilletes cuadriculados, y lo hace salvaje y sin miramientos, y cuanto más la constreñimos, con más coraje se defiende, cuidadín, que no te pille andando por el borde....