viernes, 13 de marzo de 2009

BOCETOS

Me levanté a pedir las cervezas. Noté que ella me miraba y procuré parecer más atlético.
- ¿Por qué cojeas? -me preguntó de repente cuando volví a tomar asiento.
- Me dispararon en Nicaragua -le contesté sonriendo, como quitándole importancia.
- ¿Bromeas?
- No, con eso nunca hago bromas. Me dieron aquí-le dije señalándome la rodilla izquierda- y aquí -esta vez mi mano fue al pecho. Puede decirse que estoy vivo de milagro.
Ella no supo qué decir. Permaneció unos instantes valorando la situación. Los ojos abiertos, la boca abierta.
- Y... ¿cómo fue eso? -dijo al fin.
- Mejor cambiamos de tema -repuse incómodo.
- Joder -protestó-. Me parece importante saber cómo te viste en esa situación. No sé, te conozco hace media hora y no se nada de tí. ¿Qué quieres que piense?
La miré a los ojos con seriedad, ella aguantó mi mirada con gesto preocupado hasta que, poco a poco, fui relajando los labios dando paso a una amplia sonrisa.
- Que no, boba. Te estoy tomando el pelo -dije riendo. Cojeo por culpa de la artrósis.
- Serás gilipollas -escupió enfadada. Ya me parecía a mí. Me habías asustado.
Se echó hacia atrás en el asiento, relajó los hombros y resopló.
Pude sentir la cicatriz a través de mi camisa. Levanté mi caña hacia ella.
- Por nosotros.

2 comentarios:

lauritalafantastica dijo...

andas ligoteando por los chigres? gamberro!!

Anónimo dijo...

¡ Es que vaya manera de empezar un ligue, hablando de balas!.
Besitos de Diverty Balas.